Neiva Margarita Fuenmayor de Montoya

Neiva Margarita Fuenmayor, una mujer de corazón generoso y manos hábiles en la cocina, falleció pacíficamente el pasado 26 de enero de 2024. Nacida el 25 de febrero de 1947, fue hija de Atilio de Jesus Fuenmayor y Angela Elena Rubio Gonzalez. Neiva dejó una marca indeleble en la vida de quienes la rodeaban. Estudió en la Escuela Octavio Hernández y se preparó como auxiliar de bioanálisis Sin embargo, su verdadera vocación estaba en la cocina. Neiva era una cocinera extraordinaria, conocida por sus exquisitos platos y postres. Su plátano con queso era legendario entre familiares y amigos, y sus dulces de limonsón e icaco eran deleites para el paladar. Neiva era una mujer de fe profunda, quien encontraba consuelo y sabiduría en las páginas de la Biblia a lo largo de toda su vida. Aunque no pertenecía a ninguna religión en particular, su conexión espiritual era innegable. Su familia fue el centro de su universo. Neiva se casó con el amor de su vida, Nolberto Montoya, el 13 de diciembre de 1969, y juntos construyeron una vida llena de amor. Tuvieron tres hijos, Nolberto, Nelson y Nelvis, siete nietos y cuatro bisnietos, a quienes amaba con todo su ser. Neiva era una defensora feroz de las tradiciones familiares, especialmente durante la Navidad, cuando reunía a sus seres queridos para compartir momentos de alegría y camaradería. Su hogar era su refugio, donde desplegaba su talento culinario y recibía con cariño a todos los que llegaban. Además de su destreza en la cocina, Neiva era conocida por su humor ocurrente y su gracia natural. Era la presidenta del club de los viejitos, donde irradiaba alegría. A los 76 años, Neiva desafió todas las expectativas al emprender un viaje a Estados Unidos para ver a su familia. Experimentó nuevas aventuras, probó nuevos sabores y conoció a su bisnieta Bianca, dejando una huella imborrable en cada corazón que tocó. Neiva y Nolberto celebraron 50 años de matrimonio, viviendo toda una vida en la casa que él le construyó con amor. Su legado perdurará en la memoria de quienes la amaron y admiraron, recordándola como una mujer fuerte, cariñosa y llena de vida. Que su espíritu vivaz y su amor incondicional nos guíen siempre